Sin embargo, los olores del lugar donde se encontraba lo despiertan y lo alientan a vivir. Cuando Grenouille llora por primera vez, éste alerta a las demás personas de su presencia. La multitud asume que ella estaba tratando de matar al bebé. La mujer trata de escapar pero es atrapada y finalmente colgada. El niño es mandado a un orfanato. Ahí los niños tienen miedo de él y tratan de asfixiarlo. Madame Gallarda, la propietaria del lugar, se da cuenta enseguida y golpea a los niños por su intento de matarlo.
El niño crece en el orfanato no siendo capaz de hablar hasta que cumple los cinco años de edad. Pero a pesar de esto, descubre que tiene un extraordinario sentido del olfato: a través de él, es capaz de sentir todo el mundo.
Cuando Grenouille llega a los trece años de edad, Madame Gallarda decide que él no puede permanecer más tiempo en el orfanato, así que decide venderlo a un curtidor. Acto seguido, muere degollada en un asalto, donde le roban los 7 francos por los que vendió a Grenouille.
Un día, Grenouille estaba haciendo repartos en París cuando los atractivos olores de la ciudad lo desviaron de su camino, llegando a parar a la perfumería Pelissier. Mientras estaba parado fuera, capta un olor que se ve forzado a seguir. Descubre a una chica vendiendo ciruelas. Grenouille asusta a la chica y comienza a olerla profundamente cuando ésta le ofrece una ciruela. Ella huye y Grenouille la persigue, siguiendo su aroma. Cuando Grenouille la encuentra, ella grita de pánico. Él le cubre la cara para callarla pero al final la termina asfixiando. Después de esto, Grenouille la desviste completamente y pasa su nariz por todo su cuerpo hasta que el olor de la pobre chica se desvanece.
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